Por: Ana María Mendoza
Un viaje es la oportunidad
para recorrer nuevos destinos, descansar, divertirse y liberarse de las
tensiones. Es por ello que escogí junto a mi esposo y en compañía de una prima
y sobrino un crucero de 8 días con la modalidad todo incluido con ambiente
latino, una ruta atractiva por las Antillas y Caribe Sur de mucha diversión a
bordo del barco “Monarch” que ofrece instalaciones equipadas para un sano
entretenimiento y cumple con altos estándares de calidad internacional. Tiene
variedad de restaurantes que incluyen platillos de la gastronomía internacional
donde el servicio es excelente; allí nos atendían Carmen y Federico con mucho
cariño todas las noches. Hay tiendas, spa, peluquería, salas de videojuegos
para todas las edades, gimnasio, discoteca, teatro, casino, bares y mucho más.
En los camarotes dejaban la programación del día, esta incluía las actividades a bordo y el sitio
donde íbamos a desembarcar. La primera ruta fue Curazao donde realizamos un
tour que incluía un recorrido panorámico, a través de Otrobanda (el otro lado)
de la ciudad y se pudo observar el hermoso paisaje, algunas antiguas y típicas
mansiones, paseamos por el famoso puente que conecta ambos lados de Willemstad,
desde allí se tiene una vista privilegiada tanto de la ciudad como de la
entrada del puerto, caminamos por el puente flotante para ir a Penha a comprar
perfumes a buenos precios. El siguiente día fue de navegación, realizamos
varias actividades con animadores que son parte de la tripulación y los shows
de compañías y grupos musicales brasileros que aseguran alegría latina día y
noche. Para el tercer día visitamos la zona libre de Colón donde se puede
comprar a buenos precios sin impuesto, de allí escogimos un tour a la ciudad de
Panamá a realizar una visita panorámica, después por supuesto no podíamos dejar
de ir al canal y por último a hacer compras al Albook Mall que es grandísimo,
uno no termina de conocerlo. La otra parada fue en Cartagena de Indias
(Colombia), ciudad colonial donde recorrimos sus hermosas calles y plazas del
centro histórico, la plaza San Pedro, con su imponentes edificaciones como la
Catedral, el Palacio de Gobernación y sus casas coloniales, luego fuimos a las
bóvedas donde compramos artesanías para seguir a la parte moderna de la ciudad,
llamada la pequeña Miami, el último recorrido del crucero fue a la Isla de
Aruba, donde estuvimos en la parte noroeste de la isla “El Faro de California”,
nos deleitamos con sus magníficas vistas, luego nos refrescamos con un baño en
una de las playas de cristalinas aguas y arena blanca, características que le
son propias, para dirigirnos a la capital de Oranjestad para admirar la
bellezas de sus edificaciones típicas de la arquitectura colonial holandesa, de
allí nos fuimos de compras a las tiendas de famosas marcas como Furla, Cartier,
Tomy Hilfiger, Guess, Mario Hernández, Louis Vouitton entre otras; sin dudas
que viajar a bordo de un barco, es una experiencia única que no se pueden
perder.